literature

TnM- En algun lugar detras del arco iris 9,5

Deviation Actions

linda-rc's avatar
By
Published:
2.7K Views

Literature Text

-Encerrados en nuestra mente. Rotos en nuestros cuerpos.-





-¿Quién demonios se cree que es?- Grita Jazz a mi doctor.

Intente de evitar que algo así pasara. No quería que la desesperación se apodera de ellos, pero al evitar que ellos se enteraran solo hice que yo me desesperara. Era una tarde fría cuando admití frente a mi hermana y mis amigos que mi cuerpo estaba empezando a deteriorarse. Fue duro ver sus caras de tristeza, sin embargo no vi sorpresa en ninguno de ellos. Todos sabíamos que esto iba a pasar. Jazz fue la primera en explotar, porque así es ella, una bomba de tiempo. En un momento estaba sentada ahí, en el mismo sillón de siempre, con la mirada perdida, y los brazos decaídos, como si pudiera desvanecerse en el aire si tocara su piel. Y de repente la determinación volvió a sus ojos, y una furia incontrolable reinó en cada uno de sus rasgos árabe. Corrió a la puerta y todos la seguimos, y ahora estamos aquí, en la oficina del doctor delincuente. Es una oficina pequeña, y los gritos de Jazz se convierten en ecos como agua evaporada.

-Usted podría equivocarse con todo lo que dijo. Quiero una explicación ¿Revisó bien sus exámenes?-

-Si, y no entiendo porque tengo que responderle preguntas a usted.- Le respondió mi doctor a Jazz. Estoy seguro que se contiene para no golpearla en la cara.

-Además, ¿Quienes son ustedes? ¿Los super amigos? Parecen una pandilla de niños. Pensé que no tenías más que a tu hermana, pero veo que está árabe parece conocerte, Thomas.-

Se mantiene educado aun cuando nos está ofendiendo. Eso debe ser un arte que desarrolló con muchos años de atender pacientes que mueren.

-¿Quien soy yo?  Yo soy una de las mejore cirujanas que vas a encontrar. Me gradué en Priston a los 24, y ahora  a mis 26 estoy en la punta de mi carrera. Ganó más de 4 millones al año, y podría patear tu trasero en cualquier momento ¿Te crees capaz de dictar la muerte de mi mejor amigo sin tener pruebas?-

La ira de Jazz se reflejaba en sus pupilas. Xavier y Dezz no hicieron nada más que quedarse en silencio, al igual que Sam y yo. Jazz tenía la situación controlada, y estaba seguro que esto se podría convertir en pelea si no prestamos atención.

-Mira niña, no tiene derecho de pedir un expediente. ¿Te crees demasiado? No eres más que una malcriada y mediocre cirujana. ¿Sabes cuantos años llevo en este sistema? Yo estaba estudiando mucho antes de que tu nacieras. Llegas con tu titulo y tus gritos sin escrúpulos a reclamar. No eres nada, eres solo una mierdecilla en mi camino. ¿Trabajaste alguna vez en esta clase casos? Yo lleve el expediente del padre de Thomas, exactamente la misma enfermedad, las mismas convulsiones, las mismas alucinaciones. Ya viví este infierno, ya me martiriza lo suficiente, ya vi la locura en los ojos del Señor Flechert. Vi como se volvió un loco creyendo tener poderes, y formas de salvar personas que ya habían muerto. ¿Cuantos casos como estos has tenido entres manos? NINGUNO.-

-¿y usted? ¿Salvo al señor Flechert? No, porque usted es un incompetente. Tal vez tenga pocos años en esto, pero soy mejor de lo que usted nunca será. El señor Fechert murió por su culpa, porque usted no supo atenderlo. No eres más que un asesino, uno muy malo.-

Nunca he entendido como los doctores superan la muerte de sus pacientes. No sé como es tener en tus manos un pequeño corazón palpitante. Todos los años que esas personas pudieron vivir, y las personas que los amaban. Como la muerte llegó para ellos, diferente como llego para mí. Puedo ver la desesperación en los ojos de ambos doctores. Culpándose unos a otros por las muertes inminentes de sus pacientes.

La mano del doctor voló hasta la cara de Jazz y estas dos chocaron como si fuera una exposición de furia. Todos estábamos tan sorprendidos que no dijimos nada. Jazz tenía una mano en la mejilla irritada. Esta aturdida, perpleja. Pero más me sorprendió el rostro del doctor, con cada uno de sus rasgos confundidos también. Como si él no hubiera hecho nada, como si su mano hubiera viajado a costa de sus sentimientos.

Los ojos del señor adulto se llenaron de lágrimas, y como si fuera un niño pequeño, explotó en llanto. No un llanto masculino, no un llanto de admiración. Esto era dolor, dolor en todo su esplendor. Los alaridos parecían navajas en mi pecho. Y me di cuenta que ese hombre que vi aterrador, que vi amenazante y delincuente, no lo era.

-¡No fue mi culpa! ¡Hice lo que pude! ¡Le advertí sobre esto!-

Las palabras lo ahogaban, y parecía que se fuera a asfixiar. Nadie sabia que hacer, o como reaccionar, pero no parecía que lo necesitara. Ese hombre no hablaba con nosotros, hablaba consigo mismo.

-¡No quise que pasara! ¡Lo siento! ¡Lo siento!-

Me levanté y salí de la habitación, sin mirar atrás y sin esperar a nadie. No podía seguir soportando esa canción de sufrimiento y malos recuerdos. Ese hombre no tenía la culpa de que mi padre tuviera la habilidad que tiene. No tiene la culpa de no saber nada acerca de nosotros.

Escucho pasos que vienen hacia mí, entonces voy más rápido. No quiero hablar con ellos, no así. Estoy muy enojado con Jazz, y sé que no debería, ella solo intentaba ayudar, pero estoy indiscutiblemente enojado con ella. Sé que si la veo en este momento voy a empezar a gritarle por todo el hospital.

-¡Espera!- Los pies de Jazz son silenciosos, y me coge el brazo antes de que pueda evitarlo.

-Suéltame.- Intento decir las menos palabras posibles, cada vez es más difícil controlar este sentimiento

-¿Pero qué te pasa? ¿Porque huiste cuando ese maricón se puso a llorar?-

Entonces toda la ira almacenada que intente guardar explotó como un bomba nuclear. Arrebato mi brazo de su agarre con más fuerza de la necesaria, y ella se sorprende. Yo nunca me enojo, esto la tiene aturdida. La veo con la cara más fruncida que tengo.

-¡Oh, claro porque tu eres totalmente inmune a los sentimientos humanos!-

-Oye, tranquilo, viejo.-

-¡No me voy a calmar, Jazz! ¡Ese doctor no te tiene la culpa de la muerte de mi padre! ¿Porque demonios lo acosabas?-

-¡Disculpa! Estaba defendiéndote, maldito canalla. Ese tío me ha pegado y no le has dicho nada, solo te has quedado hay como el idiota que eres. Por dios, chaval, pudiste haberle dicho que parara de hablar así de tu amiga.-

-¿Que dejara de hablar así? ¡¿Que dejara de hablar así?! Te merecías lo que te dijo, y el golpe también. Es un hombre confundido y tu lo provocaste desde un inicio.-

-¿Entonces es mi culpa que no tenga que lidiar con nuestra maldición?-

Mi ira ciega me deja un momento, y puedo ver lo lastimada que se siente Jazz. Sus oscuros rasgos no están tensos, y su cara no está arrugada. No esta enojada, esta destrozada por dentro, pero creo que ahora no puedo entrar a recoger los pedazos.

-Jazz...no quise decir eso.-

-¡¿Sabes remotamente como me sentí en el inicio?! Escuchaba voces en mi cabeza todo el tiempo. No podía estar tranquila nunca, no podía dormir, no podía comer. Cada vez que hablaba con alguien escuchaba lo que realmente pensaba de mí. Tenía que tragarme todo eso, Thomas. Tenía que saber los secretos de todos, los murmullos de sus cabezas, y la hipocresía de su sucia mente. Hombres deseando mujeres, mujeres juzgando a otras mujeres. Todo eso, Thomas, todo eso tenía que soportarlo a mis catorce años. Llegue a pensar que esta loca, que tenía esquizofrenia múltiple y que todos esos pensamientos eran míos. No podía controlarlo ni sabia que era. Estaba atrapada en mi propia mente, sin escapatoria, no importaba cuanto corriera, no podía huir de mi misma. Pero a ti no te importa. Estaba asustada, Thomas. Tenía miedo de que murieras, y nos dejaras a todos, pero veo que solo te importa Marie, y tu estúpido doctor de mierda.-

La cara de Jazz se llena de lágrimas, y solo se queda ahí, mirándome.

El enojo que sentí, sin ninguna razón, empieza apagarse, como una suave luz que deja de funcionar. La ira es asfixiante. Hace que me tiemble todo el cuerpo en un intento sobrehumano de no ahogarme con mi propia respiración. Me hace sentir enfermo, más de lo que estoy.

-No necesitas desquitarte con nadie.- digo.

-Lo sé.-

-Siento si me vi indiferente a ustedes.-

-Lamento si pareció que mi ego por ser el centro de atención se me fue de las manos.-

Doy una sonrisa torcida, y me responde con otra. Es lo más que podemos darnos mutuamente. No es mucho, pero es suficiente para hacernos felices.

- Ven, Xavier, Dezz, y Sam nos esperan en la máquina de golosinas.- Dice mientras me rodea con un brazo, y me obliga a caminar.

-Moriremos todos juntos si comemos eso.-

-No somos tan afortunados.-

Su sonrisa es radiante, y brilla junto con todas las lágrimas que derramó anteriormente. Intento de recordarla así, con su pijama, sus pelos salidos del moño, las ojeras, y la gran sonrisa. Tan irónica, tan hermosa, tan radiante, como un sol. Así es mi amiga Jazz, un sol que te tragara de una o otra forma.

Los seres humanos sentimos todo tan fuerte. Puedo acariciar mis sentimientos casi con mis dedos. Están ahí, tan vividos, tan vibrantes. No puedo pensar, solo sentir. Amor, felicidad, miedo, sufrimiento, tristeza, me dominan. Todos estamos encerrados en nuestros cuerpos. Dentro de esta tortura sobre nosotros mismos, dentro de los más profundo de la palabra ‘’sentir’’. Los sentimientos son como los poderes, están dentro de nosotros, corren por nuestras venas, y no podemos controlarlos. Estamos condenados a sentir todo. A sentir que caemos en un pozo cada vez que lloramos, o que volamos en una nube cada vez que amamos. Esta vida, esta persona que soy hoy, este yo que amó con todas sus fuerzas, que lloró y se golpeo a sí mismo en un arrebato de ira. Este yo que fue atrapado en un mundo crudo y narcisista, es igual a todos los demás, igual a ti y a mí. Ser tan vulnerables, sentir el dolor como mil agujas frías que perforan nuestros órganos, sentir que nos congelamos, dentro la gran masa que es el vivir, es horrible. Sin embargo seguimos viviendo, y no nos arrepentimos. ¿Qué sentido tendría amar, si no puedes sufrir? ¿En verdad la felicidad es algo que encontramos o algo que se nos escapa de las manos cuando no ponemos atención? Prefiero sufrir, y llenarme de dolor a que olvidar lo que es amar, querer y necesitar a una persona. Sufró y amó, igual que tu, igual que yo.









-¿Entonces cuál es el plan?- Pregunta Dezz.

Tiene la cara llena de helado de fresa, y no parece querer limpiarlo. Estamos todos juntos en la sala con nuestros helados que robamos de los niños con cáncer en pediatría.

-Bueno, Thomas ya puede crear mundo alternos, y puede parar el tiempo en su mente. Puede traer y devolver cosas al mundo de Marie, además de que puede comunicarse con ella sin necesidad de dormir, pero me da miedo que los órganos de Marie no puedan ser creados al traerla. Que alguna parte quede divagando por ahí en el espacio tiempo, y para colmo se lleve la vida de Thomas en vano.- Dice Jazz mientras le da un lametón a su helado de chocolate.

-Sin embargo, si yo doy toda mi energía a Thomas mientras está trayendo a Marie podría lograrlo, pero no estamos seguros de nada.- dice Dezz.

-También que no tenemos un tiempo límite. El doctor dijo que no más de 3 convulsiones antes de que fuera impredecible si morirá o no. Osea, tres días más de entreno y luego todo será como una mina minada.- añada Xavier con su helado de chicle metido en la boca.

-Bueno, como todo este es nuevo para mí, ya que mi hermano nunca tuvo el respeto suficiente para contármelo. Aconsejo que después de las tres noches evitemos que duerma por una noche más para que tengamos más tiempo de ayudarlo.- Dice mi hermana con su helado de pistacho derritiéndose en su mano, no la he visto probandolo en todo el día.

-Esa es una muy buena idea. Me sorprende que tengas quince años, llevas todo esto de los poderes muy bien.-

Jazz parece verdaderamente asombrada.

-Meh, mi padre murió, y todos dijeron que estaba loco, pero él parecía la persona más inteligente del mundo antes de las convulsiones. Cuando a Thomas le dio lo mismo, pensé que no podía ser que dos personas que tanto amaba, y demostraban estar cuerdas, estuvieran tan idas de sí. Llegue a la conclusión que lo único que tenía que hacer era seguirles el juego, y así ellos me mostrarían el camino. Así que cuando Thomas planeo pintar toda la casa, no me negué y me divertí haciéndolo. Cuando tres extraños se vinieron a vivir a casa no dije nada, y me divertí con ellos. Cuando mi hermano dijo que estaba enamorado de una chica muerta simplemente lo apoye, ahora estamos aquí, ayudándolo como podemos y eso es lo importante.-

Nadie estaba seguro si Sam nos creía de verdad que teníamos poderes. Nadie le había demostrado nada y ella nunca lo pidió. Sam simplemente me seguía a donde fuera, y confiaba fielmente en mí, y por eso la amaba. Era mi fiel compañera en esta prisión que es la vida, y nuestro sentir.

-Esa es mi hermana.- Digo antes de darle un lametón a mi helado de vainilla.

-Bueno, como sea. Tenemos que planear todo un plan de ejercicios mentales. Estos tres días podrían ser la última vez que veas a Marie, así que aprovecha.- Jazz me guiña un ojo, y yo pongo los ojos en blanco, le regaló nuestra mueca torcida.





-Wow, hola.- Marie esta sorprendida de verme. Son las tres de la tarde y se supone que solo nos vemos en la noche.

-Lo siento, preciosa. No puedo hablar. Necesito llevarme algún árbol o algo muy grande.-

Corro por el prado de flores, y ella me sigue con cara desconcertada.

-¿Un árbol? ¿Para qué demonios quieres un árbol?-

-Estoy practicando con Xavier. Se trata de llevar cosas grandes y devolverse de forma rápida. Es para prepararme para cuando te traiga a ti.- Digo mientras intento alzar el árbol.

-Tommy, vas a hacerte daño.-

-¡No! ¡Tengo que hacerlo!- Gritó de repente. Marie se sobresalta. Nunca le había gritado. Me vuelvo y continuó intentando arrancar el árbol, pero es pesado. No puedo detenerme a pensar, debo hacerlo. No puedo fallar, no puedo.

-Será mi culpa. Si no lo logró será mi culpa.- Sigo tirando del árbol, pero es imposible. Empiezo a darle golpes con las manos por causa de la desesperación, y no paro aun cuando veo sangre brotando de ellas.

Siento una pequeña mano de porcelana en mi sudada mejilla. Me relajo inmediatamente. Suspiro. Su mano es tan suave. Quiero tocarla, y besarla, decirle que la amó.

-¿Porque no te tomas un descanso para decirme porque las clases de Xavier y Jazz se aceleraron?- Su voz es como un susurro que planeó conservar durante toda la eternidad.

Asiento. Ella me tomó de la mano y me arrastra al campo de flores. Ahora hay muchas más y llegan hasta la punta del río.

-Ahí me diste mi primer beso.- Dice señalando el río.- Y ahí te dije que te amo.-

La veo por un momento, y quiero llorar. Quiero llorar como mi doctor lo hizo hoy en su propia oficina. Quiero gritar que la amo y que no quiero que su alma me deje. Pero no la quiero hacer responsable. No quiero que se sienta como yo me sentí con el doctor. Sentir que ves a alguien torturandose a sí mismo.

Entonces cambio el sufrimiento por amor y la beso con todas mis fuerzas. Reclamó su boca como mía, porque no puedo tirar lagrimas que me pertenezcan. Intento de decirle todo lo que he sentido estos días. Intento que mi boca le cuente la historia de mi tortura. Una historia sobre ella, y sobre mí. Sobre nosotros y lo fuimos, porque no queda tiempo, solo un final grabado.

Me separo de ella, aun con mis manos en sus calientes pómulos rosados. Nos sentamos en el prado de flores y ella pone mi cabeza sobre sus piernas, como hacemos cada vez que voy a desaparecer. Me acaricia el pelo, y me sonríe. No me pregunta nada, pero se que espera que hable.

-¿Sabes? Ya no necesito que hagas eso, ya no tengo limite de tiempo. Puedo pasar aquí horas, ya lo domino por completo.-

-¿Preferirías que no lo hiciera?.- Pregunta, como si fuera a quitar su mano de mi frente.

-No, supongo que no.-

Sus ojos me iluminan cuando sonríe. Suspiro, y miro así otro lado. Si la veo demasiado tal vez desaparezca en ese mismo instante.

-El doctor dijo que mi cerebro ya no puede soportar más convulsiones. Tal vez sólo pueda venir tres veces más antes de que se vuelva peligroso, y amenace con mi frágil mortalidad.-

Ella no me mira. Mira el horizonte, y luego me mira a mí. Para mi sorpresa, sonríe.

-Mira, Tommy, un arco iris.-

Vuelvo mi cabeza hacia la dirección donde su dedo señala, y efectivamente, hay un hermoso arco iris en el cielo. Es tan maravilloso, que olvidó la noticia que le di a Marie. ¿Importa acaso? Mirar este vomito de colores, tan vivos y llamativos, es mejor que hablar de mí. Son tan hermosos, como Marie.

-¿Tu lo hiciste?- Preguntó.

-Lo hicimos juntos. Cada vez que me besaste, cada vez que me abrazaste, y cada vez que dijiste que me amabas. Eso hizo este arco iris, tu y yo, nosotros. No importa lo que pase, Tommy. Yo siempre te amare, entonces debes ser fuerte.-

-Creo que eso es lo que menos he hecho. Me pelee con Jazz por algo sin sentido, solo porque estaba sufriendo. Me desquite con ella, pero olvidé que ella sufría más que yo. Que ella sufre constantemente, todos los días. Soy un egoísta, Marie. Tengo miedo, y no puedo resistirlo, eso me paraliza. Creí que había dejado de ser un cobarde, pero lo sigo siendo.-

-Un doctor te dijo que vas a morir. No es cobarde sentir miedo, y hacer cosas estúpidas. Eso es normal, eso le pasa a todo el mundo. Deja de castigarte y auto compadecerte.-

Su voz es suave, pero dura, y no puedo evitar sonreír. Marie es mi más fiel confidente, y no por su sabiduría, o los consejos que pudiera darme. Si no, porque de alguna manera, solo necesito que esté ahí. Necesito que señale un arco iris con su mano, y me bese. La necesito en cada momento del día, en cada segundo. La necesito para respirar.

-Gracias.- Digo.

-No importa lo que pase. Siempre te amaré.-

-Igual yo.-

Entonces ella me beso. Y la nube de colores que eran mis sentimientos explotaron dentro de mí. No porque fuera el mejor beso del mundo, no porque fuera diferente a cualquier otro beso similar, si no porque era de ella. Eran sus labios, era su belleza, era cada cosa de ella que lo hacía el mejor beso de mi vida.

Así como la desesperación me hizo enloquecer. Así como me hizo ahogarme con cada minuto de ira. El amor fue igual. No tenía aire, no tenía cuerpo. Flotaba dentro de mis sentimientos. Flotaba dentro de la felicidad, y la tranquilidad. Sigue sorprendiéndome, como podemos sentir, tan fuertemente, tan desesperadamente. Como cambiamos de ánimo en solo un segundo.













-¿Entonces?- Me pregunto Jazz, junto a Xavier. Sus cara estaban llenas de esperanza. Como si aparecer ahí con un árbol me salvaría la vida, y todos seriamos felices por siempre.

-Nada. No pude hacerlo.- No pude evitar fruncir la cara cuando, en lugar de lamentaciones, vi sonrisas y miradas felices.

-Dios, Thomas, eso es genial.- La voz de Jazz parecía, indiscutiblemente, extasiada.

-¿Y como porque? ¿No era un entrenamiento importante?-

-Sabíamos que no podías hacerlo, y no porque te falte poder, sino porque las árboles son las únicas cosas que no se pueden traer de otros mundo.-

-¿Entonces para qué diablos me dijeron que lo hiciera?-

-Sabíamos que estabas muy tenso, y pensamos que un rato a solas con Marie te funcionaria, pero jamás aceptarías relajarte por tu cuenta, así que te obligamos a hacerlo.-

Xavier lo explicaba con si acaba de decir lo que íbamos a cenar.

-¿Saben qué? Estoy muy cansado, fue un día de pura práctica mental, y esta es la penúltima noche que podré dormir sin preocuparme por morir en el intento. Así que los dejaré con sus estupideces, y me iré a la cama.

-De acuerdo.-

-Por mi esta bien.- Dijo Xavier.

Empece a caminar por la escalera, y ellos siguieron con su conversación divertida. Estaba rota, igual que nosotros, pero nosotros amamos las cosas rotas.

-Ah, y chicos.-

Ellos voltearon así mí, con más atención de la que merecía.

-Gracias.-

Y como no hubiera podido ser de otra forma. Ambos me regalaron una de las sonrisas más rotas que he visto en mi vida.





Abro los ojos y veo el techo blanco del hospital. Ahora me es indiferente. Más bien me parece...tierno. Mañana sera la ultima vez que veré este techo blanco, y estas paredes trágicas. Tal vez las extrañe, tal vez no.




-¡Ya tenemos el plan!- Gritó emocionada Jazz mientras desayunábamos.

-Wow, wow. ¿Tienen UN plan o EL plan?- Mi voz era incrédula.

- El plan.- Pero la voz de Jazz era segura, como siempre.

-Pues suéltalo ya, nena.- Dezz tenía media tostada en la boca, y media palabra poco entendible.

-Hoy, practicaremos, veremos una película, y despues dormirás. Como siempre.- Xavier contaba la primera parte de El plan, con su sonrisa dramática de siempre.

-Pero a la mañana siguiente haremos exactamente lo mismo.- Continuo Jazz.

-¿Qué? ¿Son idiotas? Hoy es el último día que puedo dormir. Mañana seguro que moriría.

-Ese es el punto.-

-No entiendo un carajo.- Dijo Sam tomando tranquilamente su té.

-Ni yo.- Finalize, molesto.

-Mira, hay algo que olvidamos. Si tú estás en peligro de morir, Marie también lo está. Tu única oportunidad de salvarla es ese mismo día. Necesitas arriesgarte. Esa es tu última apuesta.-

Me quede mirándolos. Esperando que rieran, y luego contarán el verdadero plan, pero nunca lo hicieron.

-¿Mi ultima apuesta? ¿Fue lo mejor que se te ocurrió?-

-Le da más drama.- Dijo sencillamente Jazz.

-Lo volveré a preguntar, ¿eres idiota Jazz? ¿O solo te crees muy graciosa junto a Xavier? ‘’Uy, mírennos, hacemos planes tan estupidos que niños de cinco años quedaron asombrados por la bestialidad de nuestras palabras’’ ¿Acaso olvidan lo que está en juego? ¡Dos vidas! ¡Dos! Marie y yo. Pero, claro, como pude pensar que me ayudarían en algo, si no son nada más que niños divirtiéndose con nuestras almas.-

-¿No te gusta? Entonces hazte uno tu, imbécil. Te hemos ayudado desde siempre. Jazz te ayudo antes de que siquiera le dirigieras la palabras, ¿y así nos agradeces?-

Xavier estaba enojado, pero yo también.

-Nadie pidió su caridad. Pudieron haber dejado que me pudría, y así no tendríamos estos problemas. Debí haberte dejado en ese rancho a punto de caer, donde el agua era café, y todos tus libros viejos y feos olían a mo y a pan seco. Claro, dices que agradezca, pero tu fuiste el que amó mi biblioteca de última clase, con libros que ni hubieras tocado si no fuera por mí.-

-¡Maldito niño rico! No eres más que un hombre acomplejado, triste y estúpido. ¿Qué te dolió más? ¿Ver a mami caer de un edificio, o saber que tu papi estaba en un hospital, abandonándote por tres personas que ni siquiera logró salvar? Tu padre era un inútil, igual que tú.-

Iba a levantar su mandíbula con mi puño. Iba a tirarme en el suelo con él hasta que alguien se dignara a separarnos. Eso pensaba hacer, pero alguien lo hizo primero por mí.

Sam se tiro encima de Xavier. Esto lo asombró tanto, incluyendo a todas las personas de la habitación, que Xavier no se defendió, ni evitó los puños frenéticos de Sam al darle contra el rostro. Hasta que la sangre le corrió por la nariz, y el ojo se hinchó hasta no poder verlo, fue que Sam paró. Se levantó y respiraba agitadamente, pero no con enojo, si no como si hubiera hecho ejercicio.

Nadie la detuvo, ni siquiera Xavier. Todos sabíamos que lo merecía, todos merecíamos un poco de eso. Sam era, en todo su esplendor, una bomba de tiempo. Puede estar quieta por horas, y no lastimar a nadie. Pero cuando menos lo esperes, explota en una nube de potencial, belleza y sentimientos, para luego volver a ser la misma chica callada de siempre.

-Lo siento.- Susurró Sam. Su voz era dulce, como lo era siempre.

Nadie dijo nada, y ella simplemente se marchó. Camino recto, sin que sus pies dejaran sonido. Pero dejó un camino de sangre, que goteaba de sus nudillos. Rota. Ella era hermosamente corrompida, como nosotros.





-Siento que mi hermana de catorce años te rompiera la cara, tío.- Dije mientras limpiaba la sangre de la cara de Xavier.

-Yo lamento haber sido todo un idiota. Es que, todo esto es como revivir lo que paso con mi hermano. Esta desesperada agonía que es saber que en pocas horas, mi mejor amigo estará condenado al peligro de morir.-

Puse hielo en su ojo morado, y sonreí.

-Todo ha sido un drama últimamente, ¿no?-

-Jajaja, Thomas. No ha habido pelea más patética en mi vida. Ha sido demasiado épico.-

-Si, es épico que una chica de casi diez años menor que tu te destrozara la cara.-

-Totalmente. Cuando sea anciano, le contare a mis nietos el día que una niña me dejó destrozado. ¿Quién puede contar esas historias? ¡Nadie! Solo el increíble de Xavier Johnson.-

Reí, y lo hice de verdad. Su alegría seguía ahí. Intacta.

-Bueno, qué dicha que lo ha hecho ella y no yo.- Digo.

-Si, porque si no, ahora estarías arrastrándote por el suelo. Para encontrarte con tu otra mitad.-

-¡Uy, que miedo! ¡Me amenazó el chico que mi hermana menor derrotó! ¡Alguien llame a la policía, estoy en grave peligro!-

- Gritas como doncella.-

-Y tu golpeas como niña, o no espera, ni siquiera golpeaste.-

Xavier río, y yo reí. Así terminó, nosotros dos, como los amigos que somos, y los pocos momentos que nos quedan por compartir. Me gustaría dejar la historia hasta aquí, pero, lamentablemente, no puedo.






Entonces matamos el tiempo. Todos juntos, menos Sam que no sale de su habitación, vimos una película. Jugamos un juego, y comimos toda la comida que pudimos comer. Nos enfocamos en aniquilar el reloj. De ignorar el tic tac. Nos dejamos acurrucar por el tiempo, nos dejamos abrazar por las horas, y las dejamos correr hasta que llegue el punto muerto de mí. Pero olvidamos que si matas el tiempo, el tiempo empieza a matarte a ti. Lentamente, segundo a segundo.



Ya era demasiado tarde para mantenerse despierto. Ya no se podía hacer nada. Era hora de dormir, y eso nos aterraba, a todos. Hora de salvar a Marie, o perderla para siempre.

Cuando estoy en mi cama, pienso en ella, intentando relajarme y cerrar los ojos. Estoy listo para mi última apuesta.

Pero cuando abro, ya es de mañana y solo veo el techo de mi habitación.

No entiendo nada, y en mi desesperación, gritó. Gritó con todas mis fuerzas. Jazz, Xavier, y Dezz no tardaron en llegar a mi cuarto. Muy preocupados.

-¿Qué pasa?-

-¿Porque no estoy en el hospital?- Grité, horrorizado.

-Pues no llamamos a la ambulancia porque no te convulsionaste.-

Ellos estaban confundidos, pero mi cara de pánico les recordó lo que estaba pasado.

-¿No la viste siquiera?- Dijo Xavier muy confundido.

-¡No! ¡Ni siquiera siento su presencia! ¡No puedo comunicarme con ella!- Estaba apunto de hacer una locura.

La desesperación hacía que mis manos temblaban, y mi voz estaba rota y aguda. Sudaba frío, y sentía que el corazón se me iba a salir del pecho. ¿Dónde está Marie? Era lo único que me cabía en la cabeza.

-Tranquilízate, Thomas.- Jazz debió de percibir mi angustia.

-¿Cómo? No entiendo nada. ¿Por qué no la siento?

-Ah, chicos también cabe una posibilidad.- La voz de Dezz era triste, y agotada, como si decirlo fuera a hacerla desmayar.

-No, su alma no se fue. Yo lo sabría si se hubiera sido así.- No estaba afirmando nada, solo estaba rogando porque así fuera.

-Thomas, Dezz tiene razón. Si ni siquiera sientes su presencia en ti es porque…..-

-¡No! Cállate, Xavier. No sabes nada. Necesito al menos intentarlo. No me importa que eso arriesgue mi vida.-

-Genial. ¿Ahora como te haremos convulsionar? Genio, si no puedes, menos nosotros.-

Xavier susurraba las palabras, como si yo fuera un león con mucha hambre.

-¡Tienen que intentarlo al menos!- El pánico corría por mis venas, y me daban ganas de desmayarme, pero a la vez de correr un maratón.

-Bueno, yo podría intentarlo.-

Todas volteamos a ver a Jazz. Miraba al piso, como si fuera culpable de esto.

-¿Qué?-

-Podríamos ir al hospital, y robar alguna droga que te haga convul….-

-¡No!- Xavier gritó de repente.-¡No vamos a poner a Thomas en un estado critico sólo por su novia muerta!-

-¡Es mi vida, puedo hacer lo que yo quiera!- Le respondí.

-¡No, no puedes!-

Todo el enojo que sentía se transformó en sorpresa cuando Xavier lloró. Lo hizo lento, y calmado. No era como el doctor, pero se podía tocar su sufrimiento.

-Tu padre me encargó cuidarte. Tal vez mueras, Thomas, y será por nuestra culpa.-

-Podría vivir triste, Xavier. Sabiendo que ni siquiera intenté salvar a la chica que mi padre me encargó salvar.-

Él me miró con los ojos llorosos, y luego sonrió, una sonrisa pequeña, pero tan típica de él.

-Te apoyaremos.-

Y así, despertamos a Sam, y nos fuimos todos juntos al hospital. Pusimos la radio, y cantamos a todo volumen. Porque cuando estás en medio de una catástrofe, lo mejor que puedes hacer es convertirla en algo divertido.

Jazz parquío en el estacionamiento, y suspiro cuando apago el auto.

-Muy bien, este es el plan. Entraré con mi carnet, y robaré una inyección que te hará convulsionar, Thomas. Pero es muy peligroso robar medicaciones, entonces necesitare la ayuda de todos. Xavier vigila la puerta. Tú te pones la inyección, y te ayudo para intentar que no mueras. Si alguien planea entrar entonces lo metes en algún mundo, Xavier. Dezz ayudará a Thomas a traer a Marie. Y Sam...tu solo se sam.-

Sam alzó el pulgar, como lo solía hacer mi padre, y yo sonríe.

Salimos del auto, y intentamos parecer desapercibidos, pero era algo complicado. Una árabe, un rubio, un escritor, una emo y una adolescente rapada con tatuajes, llamábamos la atención.
Pero nadie se atrevía a hablarnos. Jazz era quien atraía la mayoría de las miradas. Tenía su bata, y un vestido. Caminaba segura de sí misma, como siempre.

Cuando los montamos en el ascensor, todos suspiramos al mismo tiempo. Ahora estaba nervioso, y muy alterado. De nuevo estoy atrapado dentro de la incertidumbre.

Salimos del ascensor, y entramos en una habitación. Xavier se queda afuera vigilando la puerta. Sam, Jazz, y Dezz entran conmigo.

La habitación es como todas las demás. Tiene una cama blanca, con paredes blancas, y techos blancos. Me ponen más nervioso. Jazz se acerca a una caja con seguridad, también blanca. Pasa su carnet por el verificador, y saca una inyección del tamaño de mi mano, y un pequeño frasco. Lo llena con el liquido transparente del frasco, y lo golpea con el dedo hasta que una gota sale de la aguja.
Ok, tuve que dividir el cap en dos porque era demasiado largo, pero esta solo es la primera parte del final. Por eso el final es algo  así como ''indefinido''.  La otra mitad no tendrá nombre porque este es el mismo cap solo que en dos partes. No se si me di a entender xD 
© 2015 - 2024 linda-rc
Comments11
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In
dulceAmargaMaria's avatar
Muero el final debe de estar espectular muchas ideas se comen ami mente :V