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TnM- En algun lugar detras del arco iris 2

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linda-rc's avatar
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TnM- En algun lugar despues del arco iris.

-No sabia que los delincuentes podían ser doctores.


Respira. Respira y vuelve a hacerlo. Es la única orden que te sientes capaz de manejar. No eres dueño de tu cuerpo pero vives toda tu vida creyendo que sí. Entonces para no sentirte tan mal dices que al menos tus pensamientos te pertenecen, pero al final solo es otra triste mentira. Tus pensamientos te dominan, al igual que tus emociones y tus acciones solo son el espejo de donde se vieron reflejada tu conciencia. Al final de cuentas te conviertes en una bolsa de plástico que va deambulando por ahí. Abandonada y triste, sin darse cuenta que el viento lo llevaran donde quiera y el nunca podrá dictar el camino. Pero ¿para que decir esta cruel realidad a personas tan vanidosas como los humanos?, ¿para decírselo a los que se creen los amos del universo?, ¿a los que se consideran el centro de atención desde que nacen? Así somos. Siempre tan egoístas y cerrados. Pero llega un momento en que un vanidoso humano como yo puede ver algo que jamás espero. Fui invitado a ver un mundo donde la lógica y la razón no significan nada. Fui a un mundo donde no hay sol, solo un arco iris que ilumina mi mente y alienta mi visión. Llegue al alma de alguien más sin ni siquiera darme cuenta, para luego caer en el resultado de estar medio muerto y abandonado en una oscuridad que no podría describir. Oculto con tanta bruscalidad que da miedo, pero se me quita cuando puedo escuchar su voz. Esas palabras que nacen en la garganta y mueren en los labios. Sin ningún otro destino del ser escuchadas en un pequeño susurro matutino. Un simple saludo que se ocultó en el fondo del armario, a donde nadie pudiera encontrarlo. Fui invitado al mismo lugar donde van los sueños despreciados y los deseos mal usados. ¿Y sabes algo? Me encanta ese lugar.
Lo primero que pude hacer además de respirar fue abrir mis ojos y dejar a vista lo que fue un techo blanco. Un techo que no tenía ni una mancha. Un esfuerzo supremo por ser perfecto. Pero después te das cuenta que tu olfato volvió. Lamentablemente, porque ahora ya te llega el olor, no, el hedor del desinfectante revuelto con enfermedad. Unas piscas de tristeza para una sanación. ¿A qué clase de enfermo se le ocurrió tal combinación?
Y cuando la audición vuelve puedes escuchar a John Lennon llenando la habitación. Recorriendo tu cabeza. Dejando que te cuente su triste historia de amor, aunque ya la conozcas. Pero no solo John es el único en la habitación, también escuchas las voces de unas mujeres. Hablan sobre ti. Sobre tus libros. Sobre mí.
Entonces tus brazos y piernas regresan. No eres el más sorprendido del asunto.
-señor Thomas, ha despertado!- grito una de las enfermeras.
-No se levante!- dijo otra en su pobre intento por que no me levantara de la cama.
-Tengo que irme.- dije ciertamente diciendo la verdad. No podía estar aquí, ni me interesaba saber el por qué solo quería saber que paso con ella.
-Oh un gusto conocerlo, Señor Thomas.- Estaba con medio pie ya fuera de mi cama y cuatro manos de enfermeras sobre mí al intento de someterme al tratamiento de las sabanas. Pero en eso llego este hombre verdaderamente alto, mínimo unas 1.80, con su mirada ruda y su expresión de superioridad. No parecía doctor, o dios no, él era todo menos un doctor. ¿Pandillero, motociclista, ex-convicto? Lo que sea menos doctor.
-¿quién es usted?- me mantuve rígido en todo momento al formular mi pregunta. Ni siquiera las manos de las enfermeras se atrevieron a dejar su lugar. Pero aunque mi teoría del delincuente fuera muy buena, la bata blanca, los lentes gruesos y sus ‘’aparatos’’ de doctor me decían lo contrario. Su respuesta a mi pregunta fue una sonrisa, luego una mirada y luego una carcajada.
-¿que se le hace tan gracioso?- dije yo molesto.
-lo siento, es que…- volvió a reír y no paro hasta un minuto después.- Es que usted es mi escritor favorito y nunca creí que lo tendría que atender.- Ok, acepto que eso no me lo esperaba. Un golpe hubiera sido mejor en verdad pero no podía convivir con un cumplido sobre libros que en realidad no me gustaba escribir.
-¿Quiere decirme que estoy haciendo aquí?- hacer caso omiso a su repugnante alago me pareció la mejor forma de indicarle que en serio no me importaba su opinión.
-Bueno tubo una convulsión anoche junto a una alucinación….- Hubiera seguido si mis pensamientos no lo hubieran interrumpido.
-¿Qué?, ¿Una convulsión?, ¿Alucinaciones?, no, eso no tiene sentido….- me empecé a poner pálido.
-¿Que acaso no tuvo un encuentro extraño? ¿Algo que fuera de la realidad aun sería una locura?-
-Si pero yo creí que eso era…-
-¿Qué?, ¿Real?, oh no me haga reír de esa manera Señor Thomas. Sé que imagina cosas para vivir pero un hombre tan inteligente como usted entendería que eso jamás seria real. ¿Qué soñó? Dicen que eso tiene que ver con respecto a lo que dice su subconsciente.
-¿Mi subconsciente?- pregunte tan confundido como a un niño al que le explican álgebra.
-Sí, digamos, si soñó con una montaña inalcanzable es porque usted cree que su vida va de cuesta arriba. Si soñó con una chica puede ser que se sienta solo y su subconsciente quiera decirle que necesita una novia o si soñó con un elefante…..-
-¿Pero sería posible sentir el tacto de las manos, el olor del cabello, escuchar palabras?- Imaginar un mundo donde ella pueda vivir por siempre.
-Mmm bueno sería muy raro pero podría pasar en persona con una mente muy imaginativa como la suya Señor Thomas.- Metí mi pie de nuevo en la cobija. Quite las manos de las enfermeras y deje caer mi cabeza sobre la almohada igual que un gran peso que lleve por años, como un trozo de metal que nadie quiere llevar sobre el hombro, menos sobre el cuello.
-¿Podría dejarnos a solas, señoritas?- Las enfermeras dejaron la habitación apenas escucharon la orden. El doctor se sentó en la silla cerca de mi cama.
-Yo era amigo de tu padre.- Nada más que eso puedo hacer que yo volviera mi cabeza hacia él, con interés.
-¿Que?-
-Tu padre murió de convulsiones. Su cuerpo no pudo resistir más, hasta que llego el día en que no pudimos hacer encender su corazón otra vez.-
Dedique mi mirada a la ventana al darme cuenta que él me estaba observando.
-Él también tenía visiones-
-¿de qué?
-soñaba con personas-
-¿personas?- pregunte yo muy confundido. ¿Tendría alguna relación lo que mi padre soñó con lo mío?
-sí y al igual que tú, despertaba diciendo que no podía ser una alucinación. Que él pudo oír sus voces y también pudo olerlos.-
-¿Con quienes soñaba?-
-Con unos amigos- El tono de tristeza del doctor no me hacía sentir demasiada seguridad que digamos.
-¿cuáles amigos?- Mi padre no era alguien demasiado hablador y me extrañaría demasiado que tuviera una vida además de escribir como loco cosas que yo no entendía. Todos los días eso era lo único que hacía. Se sentaba en el escritorio y no salía de ahí. Todos los hizo a mano, con pluma y tinta. Siempre se ponía, bañado en sudor, a escribir con desesperación. Como si todo eso que estaba escribiendo fuera a salvar millones de vidas.
-cuando tu padre era más joven tenía un mejor amigo de toda la vida. Después de un tiempo se hicieron bastante unidos. Cuando ambos crecieron el amigo de tu padre consiguió una novia. Era una chica preciosa y en poco tiempo los tres se hicieron los mejores amigos. Cuando crecieron el amigo de tu padre y su novia se casaron y tuvieron una preciosa niña. La tuvieron un año después de tu nacimiento. Fue el momento más feliz de la vida de tu padre, o eso pensó hasta un año después cuando los tres murieron en un accidente automovilístico y el empezó a tener convulsiones, al despertar decía que los había visto y que podía salvarlos, a los tres. Entonces empezó a inyectarse droga para sufrir conclusiones y poder ‘’salvarlos’’ pero lo único que hiso fue perder la vida en el intento.- La voz del doctor soñaba ronca sin embargo también suave. La historia que empezó a contarme término siendo palabras que nacían de los tristes recuerdos de una mente perturbada para luego morir al suave tacto del exterior. Se notaba que le dolía. Se notaba que esa historia la tenía marcada en su cabeza y que la repetía, inconscientemente, todos los días. La sorpresa me dejo sin habla por unos segundos. A Sam y a mí nos dijeron que murió de una extraña enfermedad. En parte cierto y en parte mentira. Lo que sufría mi padre era locura revuelto con droga y un poco de convulsión. Pero igual yo no tenía por qué criticar, si al final me estaba convirtiendo en ese mismo loco.
- yo……ósea, ¿padezco lo mismo?.- Decir una pregunta tan obvia dolía. Dolía en mi boca por gastar tanta saliva en la pregunta que destinaba mi destino. Dolía en el pecho por el fuerte órgano que golpeaba a cada segundo en un inútil intento de salirse por mi boca. Y dolía en el alma porque ya sabía la respuesta.
-No podemos estar seguros pero esperamos que nunca más vuelvas a tener una.- suspiro y de brazos cruzados miro la ventana. Yo le estaba devolviendo unos crueles recuerdos. Mi enfermedad y yo mismo era un vivo andar de la historia que tuvo que vivir ese doctor a hace años con un hombre muy parecido a mí.
- Mira, Thomas, el problemas más grande con esta enfermedad no es la enfermedad, si no lo que lleva con ella.
-¿Y qué es lo que lleva con ella?-
- Delirio-
Traje saliva.
-Si sigues teniendo convulsiones solamente recuerda que no es real, nada de lo que imaginas es real. – Hay muchas personas que se les hace muy fácil convencerse de las palabras e un doctor. Primero porque no sabes ni la mitad de lo que está hablando y segundo porque tienes una seguridad bastante siega con las personas que dicen curarte. Yo nunca fui de esa clase de personas.
-Te enviare unas pastillas para prevenir pero no lo evitaran por completo. Mejórate.- Verlo levantarse de la silla con aire cansado, suspirar antes de salir de la puerta y al final dedicarme una mirada de piedad con un mensaje oculto que no supe descifrar, se sintió relajante. No estaba entendiendo la situación pero si entendía algo: quería dibujar. Moría por hacerlo. Yo en el tiempo que tengo como dibujante nunca tuve ganas de dibujar algo. Si lo hacía era porque el dinero ya se agotaba o porque no tenía opción pero ahora era diferente. Deseaba dibujar, quería hacerlo, así que me levante de mí haciendo y busque entre las gavetas hasta que encontré una hoja blanca y un lápiz medio mordido. La hoja estaba arrugada acompañada de algunas manchas y el lápiz no tenía borrador porque alguien se lo comió, pero para mí era las herramientas más perfectas que pude encontrar. Me senté en el piso y dibuje, dibuje como si no hubiera un mañana. Al precio me dio miedo lo que estaba dibujando pero al final no pude detenerme.
Un bosque con árboles de roble y pinos con olor a navidad. Un sol exquisitamente cálido y un viento que juguetea con los pétalos de las flores, secando las gotas de roció con olor a mañana. Pero en el centro, en el centro se encontraba el corazón del bosque y sin ella el bosque no respiraría. Una chica con vestido de hojas. Sus pies estaban desnudos sobre el húmedo césped. Su cabello color otoño descansaba sobre sus hombros pero sus ojos, sus ojos estaban mirándome, con una mirada fija pero sincera. Era esa mirada de ojos celestes junto con esa pequeña sonrisa tímida a la que mantenía el bosque vivo. Todo eso quedo marcado en el papel.
No se si no sea real pero solo sabía que había encontrado una nueva musa.
_ _ _

Sam entro por la puerta. Tenía sus huesudas manos sobre su mochila. Se quejó en silencio sobre el molesto peso que era y al final lo tiro en el sofá, sin ánimos para llegar hasta su recamara. Todo parecía una rutina normal para ella hasta que me vio sentado en una silla viendo sus movimientos. Mi mirada era seria, más de lo normal. Tenía los brazos cruzados y mi respiración era lenta. Ella pareció estar asustada al principio, hasta pareció mostrar un poco de preocupación al saber que estaba ahí pero ya después retomo su cara de muerta y susurro una palabra.

-Hola.-

Una triste y seca palabra. Sin nada de sentimiento, sin nada de emoción, solo algo que Sam podría decir con tanta falta de ánimo. Sus ojos decían el estar preocupada pero su cuerpo relevaba seguridad en sí misma. Tenía que decidir cuál de los dos estaba diciendo la verdad.

-Me encontraste convulsionando.- Empecé por ahí. Soltar una verdad que ambos sabíamos pero no comentábamos, una falta grave al contrato que teníamos firmado en el aire.

-Te contare mañana.- Supo hacer una buena jugaba. Evitar la conversación, deslizarse por el pasillo hasta llegar a las gradas y una vez alejada de mí correr como lunática hasta territorio seguro, su habitación. Si, parecía un plan perfecto pero tenía una falla. Oh claro, ¡tengo piernas! y puedo levantarme de la silla y agarrar su brazo en medio camino hacia las escaleras.

Me miro sorprendida y molesta. Estaba en lo cierto de que si nunca me tome el rol del hermano mayor no tenía derecho de hacerlo ahora pero la verdad es que no me importaba.

-Pero no fuiste conmigo al hospital.- Declare. Ella movió mas el brazo intentando zafarse pero ya era demasiado tarde, está en mi dominio total.
-Preferiste ir a la escuela que odias.- Dije haciendo que su cara formara una arruga de enojo.-Llamaste a una ambulancia mientras sollozabas porque te pareció suficiente.- Cada palabras iba prendiendo un fuego que ella no siento desde hace mucho tiempo.-Dejaste a tu hermano solo porque no quieres revivir lo que viviste hace 10 años, porque creíste que tendría lo mismo que papa y preferiste abandonarme.- Ella empezó a gemir intentando escapar de mi pero eso solo hizo que apretara más el brazo alrededor del suyo.- ¿no es así, cobarde?

-CÁLLATE.- Su cara era un montón de líneas dictando el odio que sentía hacia mis palabras.- Nunca te importo, ni mama, ni papa , ni yo. Solo te preocupas por ti. ¿Te molesta que te abandonara? Pues a mi padre también le molesto tu abandono!- Grito todo, sacando todo el rencor que contuvo en su interior. Tenía ganas de matarla pero de igual forma estaba muy orgulloso de mi hermana. Por fin pudo superar su fase de muerto y decir lo que piensa.

-¿Qué nunca me preocupe por ti?.- Dije gritando. Jamás había estado tan molesto en toda mi aburrida vida.- Mama no se preocupó por ti, ni por mí. Se mató y nos dejó solos a nuestra suerte. Yo al menos sigo aquí, niña malagradecida.- Solté su brazo y la empuje contra la pared. El golpe rompió el silencio que había entre los gritos. Su cara se torció mas, hasta llegar a lo inimaginable. ¿Cuándo odio más seria capaz de sacarle?
-¡Mama estaba sufriendo! ¡Pero claro ni a ti ni al estúpido hombre que teníamos por padre le importo. Lo único que él quería era escribir sus estúpidos libros árabe y dejar al cargo de nuestra pobre madre el peso de dos niños en la espalda. Si eso no es ser cobarde prefiero serlo porque al menos así no seré tan vulgar de sacrificar la vida de todos por la mía como lo hacen tú y papa!

-¡Ha! ¡Que risa me das, pequeña hermanita. ¿Todo eso tenías adentro de la cabeza con solo 5 años? Que perturbada estas. Acepte cuidarte y regalar mi vida para evitar que perdieras la tuya. Soy el que trae comida a la casa y el que paga tus malditos estudios. ¿Y te atreves a decirme vulgar? Mi padre era mucho mejor que tu madre. Ella no hiso nada por salvarte y el aun en el delirio logro escribir y morir como se debe. ¿Por qué le debería importar la vida de una chiquilla tan fea como tú? Siempre tan callada y guardando tanto odio. Se nota que eres tonta. Tu tampoco hiciste nada por mama, entonces no sé qué haces jugando de la gran santa. No eras más que escoria!- ella se dirigió hacia mí y me pego una cachetada. El calor del golpe me llevó por sorpresa. Poner una mano en mi mejilla izquierda fue mi única respuesta. ¿Cómo poder contestar a eso? Se notaba que perdí el juego.

-Mi madre y mi padre hicieron lo que pudieron. Ahora es nuestro turno.- Dijo con voz serena. Su cara ya había vuelto a la normalidad y yo también.
-¿Sabes que es lo más triste de todo? Que esta pelea es la primera que tenemos en todo el tiempo de ser hermanos. Y las únicas palabras honestas que nos hemos dicho desde que mama y papa murieron.- Sentencie. Quite mi mano de mi roja mejilla y la deje caer como a una pequeña hoja.

Entonces ella empezó a dirigirse a la escalera, hacia su tranquilo territorio.

-Tal vez haya más confianza de ahora en adelante- Fueron sus últimas palabras antes de cerrar la puerta y dejar la casa en el tierno silencio que acaba de nacer. No fue difícil dirigirme a mi propia habitación y tomar mi medicamento que evitaría que alucinara con mi nueva musa. Conciliar el sueño no fue difícil tampoco pero si seguir los pasos del doctor. Él dijo que casi el 90% de los sueños eran ocasionados inconsciente mente. Que tenía que relajarme y pensar en que no quería verla para así no verla por más curiosidad que tuviera.

No quiero verla.
No quiero verla.
No quiero verla.
No quiero verla.
No quiero verla.
No quiero verla.
No quiero verla.
No quiero verla.










-Hola, Tommy.-
Lamentó mucho no haberlo publicado antes pero espero que lo disfruten ^^
© 2014 - 2024 linda-rc
Comments33
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caml1988's avatar
me morí de la risa jajajajaaj sigo leyendo